miércoles, 19 de septiembre de 2012

Verán ustedes

Publicado en Escuela en septiembre de 2012


No quisiera parecer desagradecido, pero ya me podía haber invitado Escuela a estrenarme en esta columna en otro momento más facilón. Y no es que corran tiempos calmos: asuntos de actualidad sobran porque anda el patio revuelto. Pero no es fácil abordar ninguno y ser original ni en los planteamientos ni en los contenidos. Dense si no una vuelta por Twitter o Facebook y verán.

Verán que se habla del controvertido privilegio de que gozamos los funcionarios, de los recortes salariales y del aumento de las horas de trabajo pero con más alumnos por grupo y la necesidad de atender a todos según sus necesidades, que eso no ha cambiado. O quizás sí ha cambiado y esa es la novedad. 

Verán también que disminuye el número de docentes en la pública mientras sube en la privada. Y crece el beneficio de esta última, que no sé si tendrá que ver con lo primero. Lo que sí sé es que tanto la pública como la concertada las pagamos todos, pero no percibimos los réditos de la segunda.

Verán que se discute la LOMCE, que se analizan las reválidas de Wert y lo que tienen de regreso al pasado, de simplificar la meritocracia escolar pero a costa de revitalizar los méritos de cuna y rebajar las expectativas de promoción social de los menos favorecidos. 

Verán que se debate la nueva orientación de la educación para la ciudadanía, que excluye de sus contenidos precisamente aquellos que mejor definen lo que es ser ciudadano, los relacionados con aprender a intervenir, moralmente en paz con uno mismo, en los asuntos de la convivencia en una sociedad cada día más diversa y compleja.

Verán, en fin, que se escribe sobre el cheque escolar, la merma de las tutorías, el bachillerato de pago, el fin de la escuela 2.0, el ocaso de la formación permanente, las fiambreras a 3 euros en concepto de desgaste de comedor, una universidad más cara y selectiva pero no mejor ni más selecta, unas becas con devolución programada. Y de fondo el desprestigio de lo público, de lo de todos pagado con el dinero de todos para asegurar y proteger el beneficio de muy pocos.
Aunque el curso asoma convulso, confieso que no sé exactamente qué decir ni sobre qué. Puede que el mes que viene.

1 comentario:

  1. Para ser un prólogo no está mal. Como introducción me parece profundo y certero. Esperamos con premura la próxima entrega. A ver si seguimos con el pilotito de la esperanza encendido después de tanto desasosiego.
    Gracias en forma de abrazo.
    Xtóbal

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